12 enero 2007

Su cara en mis ojos cerrados

Fue en ese momento cuando se acercó suavemente a mi y me dio un beso en la cara, en la oscuridad, como si fuera una suave brisa. Abrí los ojos como pude por culpa del sueño y del cansancio y vi el aura que desprendía cuando se sentía segura de si misma. Me quedé después con los ojos cerrados, con esos colores y figuras de colores que se ven a oscuras después de un rato largo de luz fuerte. Rojo moviéndose, amarillo moviéndose, naranja moviendose, subiendo, bajando, formando figuras extrañas y entre ellas de nuevo su rostro, fielmente silueteado como si alguien con un pincel mojado en miles de colores hubiera dado una pincelada de luz al azar en la negrura de mi habitación.

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