11 enero 2007

Dos historias de Matrioshkas


Todo está claro
Ella siempre miraba la pared blanca mientras las demás la observaban de reojo enfadadas. Siempre tenía que aguantar las críticas de las demás mientras estaba segura que lo que tenía que mirar era la pared encalada y se decía: ¿Es que soy yo la única que lo ve todo claro?

El gato
Todas se quedaron impasibles mientras el gato jugaba con la hija menos la tatarabuela que aún no había olvidado que la había tenido en su vientre

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