29 marzo 2007

NARANJAS


...Primero empezarás con dos naranjas, todos los días todo el tiempo que puedas. Después cogerás una tercera y usarás las dos manos, cuando sea imposible dominar mejor ese truco empezarás con cuatro ¡¡Soñarás con naranjas!!. Después empezaremos a practicar juntos y finalmente, cuando ya domines el intercambio de todas conmigo, pasaremos a las espadas de fuego sobre la cuerda floja...
GGMR


Estaba mirando el atardecer cuando me fije en las gotas de sudor que recorrían su frente, su piel rojiza por los rayos recibidos le daban el aspecto de estar ardiendo, yo seguía mirando tras los arbustos, quemándome, con una gran excitación y expectante por ver su próximo movimiento, él seguía trabajando y cargando la camioneta destartalada, era alto, fuerte y desprendía un calor infernal, un calor que me quemaba por dentro, muy adentro, mis manos comenzaron a perderse por mis piernas y...........se fue, todo terminó, el día acabó, la noche cayó y su frio comenzó a envolverlo todo
PCM

Odia las naranjas.
A los 11 años su padre decidió que ya tenía edad suficiente para ayudarle y le puso a recolectarlas.
Desde ese momento fue creciendo en su interior un odio inmenso por las naranjas y por su padre.
Con 11 años él lo que quería era jugar con sus amigos y tener tiempo para hacer los deberes. Sí, a los 11 años era muy responsable, tenía obsesión por estudiar porque no quería ser como su padre, un hombre bueno, sí, pero sin estudios. Secretamente se avergonzaba de su padre cuando le comparaba con los padres de sus amigos y ahora ponía en peligro su posibilidad de ser diferente a él, mejor.
Pasaron los años y siguió odiando a las naranjas y a su padre pero consiguió escapar del pueblecito que le asfixiaba, en el que todo el mundo sabía quién era él y quién era su padre.
Se fue a estudiar a Madrid y decidió empezar de cero, se inventó un pasado mejor y acabó creyéndose él mismo que su padre había muerto hacía unos años.
Terminó la carrera, se convirtió en un importante y exitoso ejecutivo de una multinacional y se casó. Había conseguido todos sus objetivos en la vida.
Un día al llegar a su casa se sorprendió al encontrar una caja de naranjas enviadas desde su pueblo.
Nunca supo cómo consiguió su padre su dirección pero el caso es que desde entonces recibe periódicamente una caja de naranjas a su nombre. Cada vez que las recibe recuerda quién es en realidad, de dónde viene y cómo ha dejado de lado a su padre. Cada vez que las recibe se encierra en el baño a llorar y su mujer no entiende porqué nunca quiere que se las coman ni ella ni los niños y automáticamente las tira a la basura.
IRN
FIN DE NARANJAS

1 comentario:

Anónimo dijo...

Seguir así amigüitos y amigüitas, nos gustan mucho vuestras cuentecillos al departamento tuttis fruttis. Echamos en falta eso si, alguna vivencia real con polemica. Saludos y besitos

Tuttis