04 abril 2007

Entre tinieblas

De todos los mundos en los que había estado, el de las tinieblas era el que más le gustaba. Entraba en él y dejaba de sentirlo todo, no sabía si estaba boca arriba o boca abajo, si iba o venía, no encontraba su mirada nada más allá de lo que acontecía apenas a 5 metros de distancia y eso le hacía estar extrañamente seguro. El único inconveniente era evitar lo máximo posible los mordiscos de los desesperados

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues me gusta.

PCM