27 diciembre 2007

Cuello de botella


Cerramos el círculo vicioso de mis caprichos en torno al cuello de la botella. Miré al fondo y ví relleno de mil cosas el contenido fermentado, mostrándome instintos básicos, metáforas desaforadas, abrazos en el aire, donde no hay nada.
Miré de nuevo el ojo de la botella tan cerca que se me antojaba como el horizonte de sucesos de mis vicios. Más allá de ahí no hay nada, todo lo que entra no sale jamás. Ni vicios ni desperdicios.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si por favor, traigame otro...
Me encanta el sabor de la absenta cuando baja por mi garganta y se posa en mi interior, como se posa una pluma en el suelo cuando cae del nido....
Como se posan tus labios cuando los imagino junto a los mios...

TM