13 junio 2007

Manos

Un día me quede parado en la plaza de piedra mientras sentía cómo el frio viento de otoño se deslizaba por mi cuerpo y agitaba mi ropa y mi pelo.
Fijé mi mirada en ellas, como siempre, casi inmóviles con sus oscuras vestimentas que apenas dejaban entrever sus mortecinos y arrugados rostros. Sus huesudas manos, entrelazadas.
Ellas siempre formaron parte de la plaza, eran parte de la memoria histórica del pueblo, habían enterrado a casi toda la gente que conocían y solo abandonaban la fría piedra de la plaza cuando la lluvia o la nieve mojaba sus ajados cuerpos........
PcM

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Desde que encontré, o me encontró, el camino que llevo ahora siempre he pensando si mereció la pena, si tomé la decisión correcta.
Sentada enfrentándome a la pared, resignada o quizá satisfecha, tendré que meditarlo.Espero que no sea demasiado tarde.
Aunque haya gente que diga que nunca es demasiado tarde, las manos nunca te mienten sobre eso.

GGMR

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